Viviendo en un triángulo de madera
Armazones triangulares de madera de 3.60 metros de largo, tres metros de ancho y otros tres metros de altura, con techos de plástico y zinc, fueron el hogar para cerca de 22 mil personas en Valdivia, a partir del 7 de junio de 1960. Estas soluciones habitacionales de emergencia fueron construidas por la firma contratista Nahmías y Hnos, por encargo de la Corporación de la Vivienda (Corvi), con el objetivo de albergar a los damnificados más golpeados por la tragedia del 22 de mayo y a quienes habitaban las zonas bajas de la ciudad, ante la inminencia del desborde del lago Riñihue.

Fueron en total cinco mil estructuras del tipo ruca –vivienda tradicional mapuche-, que los valdivianos llamaron, simplemente, rucos. Se instalaron en sectores altos de la ciudad, como Las Ánimas, Los Jazmines, Picarte y la actual población CORVI.

Los rucos fueron dispuestos en hileras, con una distancia de 0.80 centímetros entre una y otra, y se ordenaron en manzanas divididas por calles de unos 3 metros de ancho.

La llegada de sus ocupantes fue coordinada por el Ejército, en la llamada Operación Traslado, entre el 7 y el 18 de junio. Quienes no se reubicaron en rucos lo hicieron en carpas distribuidas en cuatro campamentos: uno en el fundo Cuesta de Soto, con capacidad para recibir 500 personas; dos en faldeos de cerros en Santa Elvira, con capacidad para 400 residentes cada uno, y un cuarto en el sector Huachocopihue, para otros 500 damnificados. La vida en estas precarias viviendas fue difícil, principalmente por la carencia o dificultad para acceder a servicios, alimentos y vestuario, a lo que se sumó la dureza del invierno, que generó enfermedades. Para hacer frente al frío, las autoridades ordenaron la fabricación de braseros y su distribución a los albergados. Sin embargo, el calor no llegó a los rucos, ya que existía desabastecimiento de carbón vegetal en la ciudad, por tanto, los braseros no se utilizaron. En 2010, en el marco del proyecto Fondart “Conmemoración 50 años del Terremoto de 1960 – Valdivia”, se realizó una intervención pública que rescató la historia de los rucos.