La copa también tembló
En términos deportivos, la catástrofe de mayo encontró a Chile preparándose para acoger la Copa Mundial de Fútbol de 1962. Conseguir la sede no había sido fácil, sobre todo en términos de asegurar al resto de los países que Chile contaba o podría contar con la infraestructura, los recursos y la logística para acoger esta cita futbolística.

Esas dudas fueron superadas en 1956, cuando se oficializó que el país sería el organizador. Sin embargo, las dudas emergieron nuevamente tras el terremoto y tsunami. En concreto, con la destrucción de Talca, Concepción, Talcahuano y Valdivia, dichas ciudades automáticamente quedaban descartadas como sedes, en tanto que los trabajos en los estadios de Antofagasta y Valparaíso no siguieron adelante porque no podían ser autofinanciados, ante la ausencia de recursos estatales que suponía la destinación de apoyo a las zonas devastadas.

Ante este escenario, el dirigente Carlos Dittborn, presidente del Comité Organizador de la Copa Mundial de Fútbol de 1962, dio por perdido el partido. Se dirigió al Presidente Jorge Alessandri para devolver el dinero que el Gobierno había prestado para organizar el evento. Sin embargo, el mandatario decidió seguir adelante con ese proyecto y determinó que “el mundial, señores, se hace en Chile, sí o sí”. Alessandri, que no era cercano al fútbol, vio en el torneo una oportunidad para levantar el ánimo de los chilenos luego de la tragedia.

Paralelamente, no obstante, en Chile y el exterior se difundió la idea de que sería imposible que un país como el nuestro pudiera levantarse en tan breve tiempo y organizar de buena forma un evento de gran magnitud. Se esperaba que Chile renunciara a la organización, circulando rumores principalmente desde Europa, donde algunos países querían quedarse con la sede mundialista.

Ante esto, Alessandri envió una carta a la FIFA, entregando las garantías de que el campeonato podría ser realizado, a pesar de todo. Y así fue, si bien solo se pudo contar con cuatro sedes –Arica, Rancagua, Santiago y Viña del Mar- el balance final del mundial superó los números de la cita previa de Suecia 1958.