¿Un terremoto provocado por bombas nucleares?
En torno a los terremotos han existido muchos mitos y también hasta hoy se levantan teorías de la conspiración, con mayor o menor asidero científico. Entre ellas se cuenta la que responsabiliza de algunos sismos al llamado Programa de Investigación de Alta Frecuencia Auroral Activa (HAARP) de Estados Unidos, o a prácticas de extracción de hidrocarburos, como el fracking.

En el caso del terremoto de Valdivia, la periodista alemana residente en Argentina, Gaby Weber, plantea en su libro Los expedientes Eichmann, la hipótesis de que podría haber sido provocado por pruebas nucleares en la Patagonia transandina, específicamente en las cercanías de Puerto Deseado.

Weber, que ganó un juicio contra el servicio secreto alemán, obligándolo a liberar documentos clasificados que son la base de su investigación, desenrolla una provocativa madeja en torno al bullado secuestro del criminal de guerra nazi Adolf Eichmann. Éste ocurrió en Buenos Aires el 20 de mayo de 1960, perpetrado por agentes del Mossad. Según la autora, esta acción fue más bien un volador de luces para ocultar una operación estadounidense en suelo argentino, que habría contado con la venia del Gobierno local, y que consideró la acción de siete bombarderos provistos de armas nucleares para provocar explosiones subterráneas. La Casa Blanca había suscrito con la Unión Soviética una moratoria que le impedía realizar ensayos atómicos, por tanto se orquestó un plan para encubrir estos hechos. Un dato que apoya esta tesis, junto con documentos en donde agentes estadounidenses se atribuyen el terremoto, es que Eichmann hace varios años ya había sido descubierto en Argentina por Alemania e Israel, pero nadie tenía interés real en extraditarlo. Lo que habría movido al Gobierno israelí de Ben Gurion a ejecutar esta operación, habría sido la posibilidad de tener la venia de EE.UU. para poder armarse de un arsenal nuclear propio.

Sin embargo, los propios sismólogos consultados por la investigadora desestiman la posibilidad de que una explosión nuclear pudiera generar un movimiento telúrico tan poderoso como el de mayo del 60.