Un puente prometido
El 15 de agosto de 2018 fue un día histórico. Fue cuando un Presidente, un ministro, un intendente y un alcalde cruzaron por primera vez un puente cuya primera piedra había sido puesta siete años antes. Así fue oficialmente inaugurado el Cau Cau, el primer basculante de Chile que finalmente comenzó a operar luego de una interminable cadena de errores en su construcción.

La Isla Teja y Las Ánimas finalmente estaban conectadas, tal y como ya se anhelaba en 1960. El terremoto ocurrido en mayo había destruido el puente Calle Calle. Por recomendación de una comisión de ingenieros era necesario cerrarlo, lo que implicaba desviar la circulación vehicular hacia otros puntos. Fue entonces que la Dirección de Vialidad asumió la construcción de un puente provisorio sobre el río Cau Cau: tendría 30 metros de longitud, con estructuras sobre pontones metálicos. La obra obligaría a desviar el tráfico fluvial hacia el río Cruces.

Para la estructura de emergencia estaba destinado un presupuesto de 20.700 Escudos.

Sin embargo, nunca se hizo. O al menos no hay registro alguno de que el puente finalmente fue como lo anunciaron las autoridades. Vecinos recuerdan que solamente hubo un puente de madera que nunca se terminó y que por su precariedad era usado solo por algunos valientes. Al parecer era más seguro cruzar en bote.

(“Las Ánimas. Un barrio con más de tres siglos de historia”, varios autores, Tatiana Araya y Verónica Ruiz, editoras, Ministerio de Vivienda y Urbanismo, 2009)