Un “lagomoto” y el bosque sumergido
El concepto “lagomoto” es una expresión coloquial para hacer referencia a lo que vendría a ser un tsunami lacustre. Este fenómeno ocurrió en diversos lugares de Chile, por ejemplo, en el lago Rupanco, pero también en Argentina, a causa del terremoto de mayo de 1960.

En el vecino país es donde más difusión se le ha dado a este término, asociado a la tragedia ocurrida en el lago Nahuel Huapi, en Bariloche, donde las aguas en apariencia inmóviles de un momento a otro retrocedieron y formaron una ola de cinco metros de altura, la cual destruyó el muelle de cemento. Además, dejó dos fallecidos, identificados como Andrés Kempel y Julio Frattini. El primero trabajaba en el mantenimiento de veleros en el Club Náutico de Bariloche, y el segundo era mecánico de una embarcación de pasajeros que estaba en el muelle.

Esa tarde del 22 de mayo se sintió un fuerte temblor y luego se produjo una ola gigantesca que barrió con el puerto y se adentró unos 100 metros dentro de la ciudad, provocando temor y diversos daños.

Unos 75 kilómetros al norte, el lago Traful también rompió su calma, luego de que el terremoto valdiviano provocara el desprendimiento de una ladera del cerro Bayo, que implicó la caída de tierra, rocas y árboles hacia el agua.

Esto ocasionó un singular fenómeno, que se ha convertido en un impresionante atractivo turístico: el llamado “bosque sumergido”, que consta de medio centenar de cipreses que afloran a la superficie, sin copa y con las ramas desnudas, a poca distancia unos de otros en un sector que abarca alrededor de 100 metros cuadrados, conservados gracias a las bajas temperaturas y la ausencia de contaminación.