Reacción animal
Al menos once sismos de registraron en los tres días posteriores al gran terremoto de mayo. Fueron de entre 6 y 7.5 grados de magnitud y sirvieron para constatar la reacción animal frente a un desastre aún latente, pero en retirada.

La principal información la proporcionan académicos de la Facultad de Ciencias Universidad Austral de Chile, según lo que ocurría en los campos experimentales. En ese sentido, es clave el informe entregado por el doctor Ernst Kilian que junto a su esposa la doctora Gertrud Wintermann, fundó el Instituto de Zoología y el Laboratorio Costero de Mehuín.

Asimismo, el ingeniero agrónomo Ricardo Westermayer, da cuenta del comportamiento de diversas especies: los caballos de raza eran capaces de presentir cinco minutos antes que el hombre la ocurrencia de un sismo. Lo demostraban relinchando y temblando; las ovejas huían y las gallinas mostraban estado de pánico. La postura de huevos se vio disminuida y la cresta de algunas gallinas se puso blanquiza. Los perros corrían para arrimarse donde sus amos.

El estado general de los animales en cautiverio era de miedo. Había tres pumas que saltaban y corrían dentro de sus jaulas durante los temblores fuertes y se tranquilizaban al terminar el movimiento de la tierra.

(“La Isla del Alma Mater. Historia testimonial de una universidad”, Pelusa de Van de Maele, 1996)